El plural de fiesta viene del vocablo latino festum. Se trata de un rito social compartido entre un grupo de personas donde se marca un cierto acontecimiento a modo de celebración.
El hecho de que una fiesta sea un rito implica que los protagonistas adopten un rol para la ocasión, por lo general descontracturado y desinhibido, lo cual, en ciertas ocasiones esta bueno ayudar a alcanzar este clima.
El denominador común de toda fiesta es la diversión y para ello buscamos la participación de todos los invitados sin excepción y para garantizar la interacción y las risas de todos los participantes del evento lo más aconsejable es la contratación de un Animador.
Tener al animador adecuado para conseguir lo que deseamos hará que nuestra celebración sea considerada un éxito por todos. Son muchas y variadas las oportunidades en las que se contratan animadores para nuestras fiestas. Deben ser seguros y simpáticos porque son estas personas las que se deben encargar de mantener entretenidos a todos nuestros invitados.
En ocasiones se opta por colocar como animador de la fiesta a algún amigo o familiar nuestro que conocemos de su facilidad de palabra y su frescura con la gente, aunque la experiencia en estos casos es fundamental para lograr el efecto deseado.
Un animador profesional tiene presente algunos detalles para que los resultados de su labor se totalmente satisfactorios.
Lo primero a la hora de animar la fiesta es el tipo de público que va a estar en ella, pues es distinto el ambiente que se forma y que se percibe en reuniones infantiles, juveniles, adultas, de trabajo, de bodas, quinceañeras, aniversarios, etc
El animador debe conocer todos los detalles del motivo de la fiesta y se debe informar de todo lo que le puede servir para utilizar en la reunión. Además, debe conocer a la o los homenajeados para destacar sus cualidades más sobresalientes y gustos para saber por dónde arrancarle las sonrisas.
El Animador profesional sabe el lenguaje correcto y las actividades que deberá utilizar para tener la atención de los invitados a la fiesta, según el tipo de público mayoritario que esta presente.
Durante la actuación no redunda en los mismos temas, sino que tiene los recursos de palabra suficientes para darle variedad a la velada, salvo que sea estrictamente necesario hacer relevante algo por indicaciones de los organizadores.
El animador en una fiesta es un artista que mantener su propio espacio y un comportamiento que distingue sus funciones. Debe evitar estar comiendo o bebiendo con los invitados y no convertirse en un centro de atención, salvo cuando está en el escenario entreteniendo o animando al público.
Sean reuniones infantiles, de trabajo, bodas, quince años, despedidas o bienvenidas los Animadores garantizan la diversión y el recuerdo positivo de todos los participantes de la fiesta.

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